Artículo publicado en Carrión. Junio de 2005 Su evanescente sutileza al meterlos en la boca y comprimirlos entre los dientes, su crujiente rotura al modificar su abrupta textura externa que se deshace sobre la lengua, dejando un suave dulzor un intenso sabor a almendras tostadas, y se transforma en un bocado mínimo y al mismo tiempo […]